Huyendo de la paz?

La meditación parece ser el alivio inmediato que nos acompaña a todo lugar, en todo momento, siempre que elijamos acceder a el. Y ahí está ese espacio de calma, de sosiego, de neutralidad en donde todo se disuelve y me renuevo a mí misma cada vez que me permito accesar a el.

Es curioso como somos los seres humanos, me refiero a que muchas veces tenemos la solución a todos nuestros problemas, como una varita mágica con la que simplemente eligiendo cambiar la experiencia, sucede; pero internamente, cambiando nuestra actitud hacia la experiencia que se está viviendo; sin embargo, en lugar de eso, seguimos la corriente del ritmo del estrés y hábitos de pensamiento auto destructivos, del drama al que estamos acostumbrados y programados y simplemente transcurre en nuestra cabeza sin que le pongamos un "hasta aquí".

Es como si lo sabemos, pero no lo hacemos, y sabemos que haciéndolo estaremos mas cálmos, pero simplemente, no lo hacemos, es un claro auto sabotaje entre consciente e inconsciente, no es así?

Antes de que las cosas se pongan peor (ese conocimiento nos lo brinda la experiencia), es posible elevarlo hacia la consciencia y actuar a nuestro favor. Pero se requiere ejercer la voluntad consciente.

Al parecer necesitamos que la vida se ponga intensa para volcarnos dentro de nosotros mismos; y es ahí cuando las cosas están color de hormiga, y las respuestas del exterior son insuficientes, cuando al fín, llevamos nuestra atención dentro.

A veces no necesitamos tanto, a veces simplemente estamos haciendo "nada" y de pronto nuestra atención se desliza hacia nuestros adentros, los profundos y quietos adentros de donde una simple y quieta paz se revela.

Otras veces es un llamado que se siente desde ese interior, un llamado que grita por ese encuentro con uno mismo.

Lo importante es que ese espacio está siempre ahí disponible para nosotros para simplemente dirigir nuestra atención un instante y recobremos nuestra raíz, nuestro cimiento interno, ese que nos ancla con nuestra verdad, con quien realmente somos, ese que nos habla a través de nuestra intuición.

Por que una vez que hemos abierto la puerta, esta nunca se cierra.